lunes, 15 de julio de 2013

Palabras y pensamientos?


31 Días con San Ignacio

Bienvenido a 31 Días con San Ignacio, una celebración de un mes de duración de Espiritualidad Ignaciana. En honor de la fiesta de San Ignacio de Loyola el 31 de Julio, ofreceremos una selección de artículos, Blogs y videos para ayudarte a explorar las riquezas de la Espiritualidad Ignaciana.  



Palabras y pensamientos?

por Tim Muldoon

Al entrar en un retiro en silencio anual con los estudiantes, soy consciente de cuán grande es el don del silencio. Pensamos demasiado, hablamos demasiado. Discutimos sobre los conceptos de Dios, usamos palabras que limitan a Dios. Para modificar un poco una famosa frase del Maestro Eckhart

"Ruego a Dios que nos libre de todas estas palabras y pensamientos acerca de Dios!"

El pensamiento es realmente una manera bastante terrible de encontrar a Dios. Las palabras son aún peor. Yo vuelvo una y otra vez a una profunda intuición de Ignacio: Sentir, saborear a Dios es lo que estamos buscando. Hay que probar el pan de la Eucaristía. Tenemos que sentir las manos de costras al leproso, la profunda frescura del olor de la piel de un bebé, escuchar el viento entre los árboles, quedar asombrado por la vista del martín pescador.

Las palabras y pensamientos son para ayudar a los demás a experimentar a Dios, eliminando sus obstáculos hacia Dios. Con demasiada frecuencia nos palmeamos en la espalda por nuestras palabras y pensamientos, es más: le damos grados, títulos, honores a aquellos que saben usar bien las palabras. Nos acostumbramos a pensar en nuestro intelecto como herramientas que lo solucionan todo, incluyendo a Dios. (Es por eso que el ateísmo es un fenómeno moderno, ya que sólo en la modernidad la gente comienza a concebir su inteligencia de forma desordenada.)

Las palabras y los pensamientos son regalos, producciones artísticas. Debemos considerar más como algo que hacemos enamorados, en lugar de analizarlos como objetos que producimos. Hoy en día, usamos las palabras y pensamientos para conquistar el mundo. Debemos más bien utilizarlos para servir al mundo, para ofrecerlos al mundo, enamorados. Al concebir un pensamiento, me alegro de que Dios me ha dado una mente. Cuando pronuncio una palabra, me alegro de que a través del habla esta palabra podría acercar a otro a la verdad.

"Señor, abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza." (Sal 51:15)



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